¿Siempre has querido beber un buen café capuchino sin tener que dejar la comodidad de tu hogar para ir a comprarlo? Si la respuesta es sí, entonces lo más probable es que ya haya pasado por tu cabeza en más de una ocasión la idea de hacerte de tu propia máquina para hacer café espresso, ¿verdad?
De todas las opciones que hay en el mercado, las más populares para uso doméstico son las del tipo semiautomáticas. Entre sus características, estas máquinas se distinguen por poder controlar la temperatura del agua, independientemente de si se quiere hacer un café espresso o bien, obtener el vapor suficiente para preparar la leche. En ellas, la presión del agua que se aplica al café molido en el portafiltros está también automatizada.
Un punto que quizás pudiera tomarse como negativo es que esta máquina para hacer café espresso no controla el tiempo. Por lo tanto, es el usuario quien debe presionar un botón determinado para interrumpir la máquina cuando vea que el espresso ya está listo.
Modelos hay muchos, mismos que se distinguen unos de otros por la gama de opciones y características que ofrecen, factores que influyen directamente en el precio de las máquinas, al igual que la marca.
Por otra parte, aunque no son propiamente máquinas para hacer café espresso, una opción bastante cercana la encontramos con las cafeteras de cápsulas.
Máquinas de cápsula
Hay máquinas como la Nespresso o la Tassino que se valen de cápsulas (o discos) para entregar café espresso, capuchino o café con leche. Dicho esto, no pueden ser consideradas máquinas de café espresso, como, digamos, las máquinas Marzocco.
Este tipo de máquinas son “casi cafeteras espresso”, en el sentido que su resultado es bastante aceptable. De esta manera, si tu deseo es tener un café espresso en toda la extensión de la palabra, una cafetera espresso semiautomática, siempre será mejor alternativa que una de cápsulas. Nosotros somos el distribuidor de La Marzocco y tenemos la experiencia para ayudarte a elegir la mejor máquina del mercado, solo contáctanos vía mensaje.
